Wednesday, February 11, 2015




   Juntar las nubes con las manos, acariciando la lluvia con un beso al aire que no tiene donde llegar.
   Rozar con mis pestañas tus mejillas, igual que las alas de una mariposa, para hacerte cosquillas y verte sonreír.
   Soñar despierta en noches en las que el sueño no me acompaña, y la luna se ha escondido tras un manto de adormideras.
   Volar cuando cierro los ojos y viajar hasta el fondo del mar para buscar sirenas.
   … Lavando el alma de la envidia de no ser viento, ni lluvia, para recorrer el mundo sin andar…

Friday, March 28, 2014

El miedo nos hace cobardes.
Cobardes de hablar, de no hacerlo, de perdonar demasiado y olvidar bien pronto.

Monday, June 03, 2013







"No llueve eternamente"


La vida pasa y no se detiene. Y caes y tropiezas para volverte a levantar y ver que nada ha cambiado. Pero no pierdes la esperanza pese al frio que hace en Saturno, porque no estás sola, o eso piensas. Todos estamos perdidos en este Universo que no comprendemos y contamos estrellas fugaces confiando en que todo vaya bien y el cambio llegue. O que el camino  te haga recuperar la ilusión que has perdido o los sueños que has dejado atrás.

Que el tiempo nos conceda un respiro y que las cosas vuelvan a ser como antes.

Pero ya nada es igual.

Los caminos recorridos han dejado el corazón lleno de heridas sin cicatrizar y profundas cicatrices que nos recuerda quienes somos y en quienes nos hemos convertido. El dolor, el miedo y la incertidumbre mancillan cualquier atisbo de mantener viva esa llama, de comprender que el valor y la fuerza son algo más que palabras. Y solo dejamos que la vida pase arrojándonos a ese abismo que se abre ante nosotros. Sucumbimos ante la sed de ese oasis en medio del desierto. Y solo a veces ese agua cristalina que sale del reflejo de un espejo es capaz de calmarnos y humedecernos la garganta.

Perdidos, olvidamos que el aire en realidad no nos ha abandonado y que seguimos respirando. Que al final todo pasa, de la misma manera que la vida y que nada se puede hacer, excepto levantarse y luchar. Luchar y caminar hacia adelante con seguridad creyendo en todo aquello que hacemos, porque nada se deja al azar. Ni la propia suerte que creemos nos ha abandonado.

Tienes ganas de gritar, de sacarte ese estigma que llevas dentro, de arrancarte el corazón del pecho para que esos fantasmas no te consuman. Pero todos tenemos nuestro propio infierno, las llamas de ese averno que nos rodean y nos impiden mirar al mar. 
 Y nos mecemos por la cuerda floja de los sentimientos por las hostias recibidas, los golpes que nos han hecho caer al suelo. Y en vez de tendernos la mano para poder levantarnos, para avanzar, rodamos por el suelo hasta caer en las arenas movedizas del alma. Es cuando esas lágrimas de cristal rasgan nuestra piel y nuestro cuerpo haciéndonos sangrar. Olvidamos desinfectarlas y en vez de eso les echamos sal para que escuezan más. Pero quizás ese dolor es el que nos hace sentir vivos. Cada uno a su manera. Al final, solo luchamos contra nosotros mismos.

Tuesday, May 14, 2013





A menudo cometemos el error de pensar que ciertas personas van a estar ahí siempre, incombustibles, contra viento y marea. Olvidamos entonces cuidarlas y aún así exponemos nuestros trofeos, cómo un plato en una vitrina. Nos descuidamos y dejamos que el polvo se pose en la superficie, pensando que la distancia no es enteramente olvido. El armario se llena de carcoma, se infecta con las termitas de la indiferencia hasta romperse desparramando su contenido por la habitación. Y recoges una y otra vez los trozos de ese plato roto, los restauras y los pegas con la esperanza de que eso no vuelva a ocurrir, hasta que llega el momento en que la sopa se escurre porque no encuentras los trozos que han caído al suelo por enésima vez.

Porque el perdón es simplemente una palabra, pero olvidamos que cada acto tiene su consecuencia.

Saturday, May 11, 2013



Nos envenenamos, unos a otros. Levantamos tabiques de silencio en torno a lo cotidiano y juzgamos los actos de los demás mientras desayunamos con diamantes. Entre susurros comentamos palabras y actos, delirios de respuestas que tienen preguntas simples, pero que hacemos sin mirar al Norte.

Dramatizamos situaciones sin tener en cuenta las circunstancias, porque quizás todo acto tiene su aquel detrás y jugamos a ser adivinos. No miramos a los ojos del que es juzgado por temor a encontrar nuestro propio reflejo en sus pupilas. Porque a la hora de la verdad, todos sucumbimos al cerebro reptiliano.

Tuesday, April 16, 2013

Si fuera un animal, elegiría ser una pantera negra, salvaje. Pero una cosa es lo que a mi me gustaría ser y otra muy diferente lo que probablemente sería. Puede que me quede solo en un pequeño gato, independiente, cómodo y tranquilo, al que si le tocan las pelotas te suelta un arañazo. Pero a veces uno se siente como un pez, nadando fuera del mar, incluso como un lagarto. Hay días que nuestra piel se cubre de escamas y la lengua se vuelve bífida con grandes bolsas de veneno cual serpiente y en cambio otros días meneas el rabo como un perro al que le dan de comer. Hoy en cambio me siento como un pájaro sin alas. Puede que dentro de cinco minutos sea un conejo blanco saltando en busca del pais de las maravillas o puede que incluso sea pequeña ardilla. Es dificil luchar contra tu propia naturaleza.




Renacer, de las cenizas una y otra vez hasta que el fuego deje de consumir todos los recuerdos, enseres y penas que conforman nuestra existencia. Inmunizarse ante el fuego que quema las entrañas en las horas brujas, cuando la luna observa desde el cielo a los monos que rompen su reflejo en las turbias aguas.
Aprender y caminar sin olvidar que el olvido está lleno de memoria, y que en estos insomnios y duermevelas nada es lo que parece y en cambio lo es todo.
Romper aquellos anclajes que te tienen varado en la orilla, sintiendo el calor de la arena bajo tus pies mientras la tormenta hace estallar las olas sobre la roca. Caminar, sin importar el destino ni el camino, dejando que sea la propia vida quien tome las riendas.
Dejar aparcado el dolor y el sentimiento que obnubila la razón haciéndonos perder el equilibrio por un momento y devolviéndonos a la realidad de un golpe.
Y de ese cristal roto al final solo quedaran los fragmentos de un pequeño recuerdo ajado con el paso del tiempo, como el fotograma de una película donde eres la protagonista en blanco y negro.